La planeación es un principio administrativo que reconoce una problemática, recupera las experiencias anteriores, define nuevos objetivos e instrumenta las formas para lograrlos; no descubre el agua tibia, pero actualiza los marcos y las necesidades con base a la selección de un modelo de desarrollo.
Manuel Valencia me envió un ejemplar del Plan Quintana Roo 2011-2016, también conocido como el Plan Estatal de Desarrollo (PED), lo cual le agradezco. Es el documento que deberá guiar las obras y acciones del gobernador Roberto Borge y que se nutrió de las propuestas de ciudadanos que confían en la democracia participativa.
Aquí se reúnen, en algunos casos de manera puntual y en otros de manera general, las ideas y formulaciones que se recogieron y finalmente redactaron los responsables del Comité de Planeación para el Desarrollo.
Más allá de las propuestas expresadas, acopiadas y sistematizadas en 36 mesas temáticas implementadas en Chetumal, Cancún y Felipe Carrillo Puerto, con la participación de 2 mil 250 personas, el Plan es un instrumento de organización a futuro que cumple con la obligación que marca el artículo 9 de nuestra Constitución local y que mide el grado y los anhelos de la sociedad. Es también una hoja de ruta del gobernante que contempla objetivos y estrategias y que deberá amalgamar acciones, tiempos y recursos necesarios, con la finalidad de que Quintana Roo se desarrolle y crezca. Es, por decirlo coloquialmente, el instructivo para volar la nave y saber hacia dónde llevarla.
El Plan, recientemente dado a conocer, maneja cuatro aglutinantes ejes estratégicos para Quintana Roo: el Solidario, el Competitivo, el Verde y el Fuerte. El primero pretende encontrar soluciones a la problemática de la marginación y la desigualdad entre los grupos vulnerables; el segundo se dedicará a la infraestructura e inversión como palanca de desarrollo; el tercero trabajará la armonía entre el desarrollo y el medio ambiente y el cuarto define la coordinación entre las instituciones para dar seguridad y certeza jurídica a la ciudadanía.
Cada uno de los cuatro ejes contempla un detallado diagnóstico, objetivos, estrategias y líneas de acción. En total, son 29 objetivos, 108 estrategias y 443 líneas que definen el perfil de retos y necesidades y las intenciones para afrontarlos y resolverlos. El texto tiene un mismo y uniforme método de exposición, pero sin encontrarse, sin distinguirse en él el modelo prospectivo que se señala en el proceso de elaboración: no se definen escenarios. Es de notarse también que el eje llamado Solidario es el que más peso tiene en el documento con 10 objetivos, 43 estrategias y 204 líneas de acción, destacando vivienda, cultura y educación.
Hay puntos interesantes en el PED. Aunque la mayoría de los diagnósticos hablan de las fortalezas, pero sin destacar suficientemente las debilidades, y en algunos casos los datos del INEGI son la base para proyectar la realidad, no deja de resultar atractivo observar cómo se articula el diagnóstico a las propuestas de los funcionarios de gobierno, líderes y ciudadanos en general. Se puede encontrar aquí el esqueleto de las políticas públicas para los próximos años.
¿Cómo atender el desarrollo social y comunitario; la inequidad con la población indígena; el fortalecimiento del tejido familiar; la salud y la educación como indicadores tangibles de bienestar y crecimiento del individuo; la cultura y sus nuevos paradigmas como la diversidad e interculturalidad; la igualdad y los derechos de género; la juventud como principal sector demandante de satisfactores y espacio donde repercuten los principales problemas sociales, así como el crecimiento demográfico, la migración y el cambio de equilibrios entre lo rural y lo urbano?
¿Cómo encontrar propuestas viables de desarrollo equilibrado en regiones desiguales; incrementar la capacidad para la productividad y la competitividad local, regional y global y la definición de nuevos nichos o apuntalamiento de estrategias a los sectores económicos que van del mercado turístico a la economía de autoconsumo?
¿Cómo aplicar políticas sustentables donde el desarrollo económico no lesione al medio ambiente; prever medidas ante el cambio climático y sus afectaciones a la sociedad y a la economía; la expansión y especulación en los espacios de administración de propiedad colectiva o de interés social o natural y avanzar en la aplicación de normas que atiendan la justicia ambiental?
¿Cómo trabajar el entorno de la gobernabilidad con base a la ley y el respeto a los derechos de hombres y mujeres de Quintana Roo; la seguridad y la protección de los bienes, de la vida y el derecho del ciudadano; la estrategia ante las acechanzas de la delincuencia y el fortalecimiento de las finanzas y la economía del estado?
No es, como se imaginará, un documento común, ni debe quedarse en el resultado de una afanosa tarea de consulta ciudadana. Es un mapa y la guía de trabajo donde, con el tiempo, podremos ir conociendo los logros o los rezagos. También resulta ser un documento de estudio que puede compararse con los otros seis Planes que ya conoce el estado y la sociedad de Quintana Roo: ahí podemos ver los retos, las necesidades y las políticas públicas hacia la sociedad y la economía en una línea del tiempo.
Saber organizar y controlar el futuro es una tarea que va más allá de la idealización. Sin embargo, en el conocimiento de las amenazas para cualquier Plan, siempre existirán indicadores que deberán estar constantemente vigilados, como es el de la economía, que hoy, a nivel mundial pasa por el umbral de una crisis que se pronostica muy severa y que repercutirá en el encarecimiento de la deuda como principal característica y pondrá en duda la gobernabilidad en el principal país capitalista. Los efectos negativos de la globalización económica serán tema en los próximos meses y de ello conoceremos en el turístico Quintana Roo.
A lo anterior sume el año político nacional del 2012 y entonces tenemos un PED que tendrá que ajustarse a las posibilidades y realidades. Confiemos que el comportamiento de esos indicadores y variables no le resten efectividad al Plan, que dentro del diagnóstico, lo predictivo, se logre superar y se anticipe cualquier situación desafiante y permita un margen de maniobra suficiente para cumplir con los objetivos. Es un buen deseo, ya que nadie le apuesta a los efectos de la ineficiencia y a la improvisación. Por lo pronto, ya tenemos un Plan Estatal de Desarrollo.
domingo, 7 de agosto de 2011
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