domingo, 14 de octubre de 2007

Sobre la mesa II

Sin que sea un exordio, hay que mencionar que entre sus compañeros de partido tiene el privilegio o el defecto de ser algo parecido a un intelectual, alguien que piensa. ¿Será porque maneja el discurso de la academia y del Ágora? Lo cierto es que eso es toda una paradoja.

Un discurso académico es transitivo, es circundante y minuciosamente explicativo de diversos temas; un buen discurso político requiere de conocimientos técnicos, administrativos, históricos inclusive; nada explica y pretendidamente está pensado para ser escuchado. Se sabe que ambos discursos están en riesgo, pues, en muchos casos, se han abstraído del Mundo, que cuesta trabajo encontrar las vinculaciones con ese referente. Efraín Villanueva juega con ellos, es todo un ejemplo de transmigración (¿o compartición?) de identidad.

El que aceptó la entrevista y el que conoció las bocas de mi batería sin concesión alguna, continúa respondiendo, sigue desgranando la mazorca con el grano de la voz, como decía Roland Barthes.

La pertinencia de candidaturas ciudadanas independientes es ahora tema de debate. En Sonora y en Yucatán son una realidad que pueden ampliar los derechos de los ciudadanos, pero son también una figura compleja. Es claro que la idea de este tipo de candidaturas obligaría a reformar el Artículo 41 de la Constitución Política y a modificar el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales. Pero no todos piensan así.

“Yo no creo en las candidaturas ciudadanas. Yo creo en el sistema de partidos que aún es muy joven. El mensaje principal en la reciente reforma electoral es el fortalecimiento de ese sistema. Es cierto, la reforma no cancela la posibilidad de las candidaturas independientes, pero no ceo en ellas. Lo pongo de esta manera: un ciudadano necesita dinero para participar en una contienda y un ciudadano sin dinero tendría que realizar compromisos y eso significa integrar una estructura política, y esa estructura es fundamentalmente un partido”, opina el que es considerado como el operador en la creación del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social.

Para cerrar el tema de Política, meto el actual y polémico punto de la redistritación y la pregunta es clara: ¿a quién conviene y a quién perjudica la cartografía electoral que usará el IEQROO, suponiendo que se emplee la utilizada en la elección del 2005?. “Bajo el principio constitucional de ‘una persona un voto’, el Instituto Electoral del Estado ya había alcanzado un acuerdo importante respecto a una nueva distritación. La nueva distritación corregía las fallas con la que se operó en la elección del 2005, elección que por cierto ya tenía una recomendación por parte de la Suprema Corte de Justicia. La inclusión en la cartografía de la Zona Limítrofe con Campeche fue lo que generó la impugnación de un partido político. Lo extraño es que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resolvió apenas 48 horas antes del inicio del proceso electoral, sin definir tiempos”.

“Con esta revocación del TRIFE, se perjudica a los ciudadanos de la zona norte que no tendrían una representación equitativa con otros distritos... Por otra parte, como priísta, yo siempre manifesté que mi partido debería prepararse para una competencia más equitativa...; sigo creyendo que en cualquier escenario mi partido dará una buena pelea. En lo personal, la nueva geografía que ya tenía el IEQROO era más alentadora para mi partido: significaba una reorganización y la posibilidad de renovar cuadros. Yo no creo que mi partido esté muy feliz de tener que trabajar en el mismo escenario del 2005”.

Villanueva Arcos le entra ahora al tema Economía. Pasamos rápido, pero sin ignorar que la economía de Quintana Roo le da trabajo a miles de personas y que aporta muchas divisas a la Federación. Lo fundamental es reflexionar si la suplantación de la economía forestal y de agricultura tradicional e industrial por la economía del turismo es algo saludable, más cuando parece ser la única opción para el Estado. “Espero que no sea así. En la medida que una sociedad vaya madurando y se diversifique, se adquiere mayor solidez. Sin que el turismo deje de ser importante, no puede ser el único ingreso que reciba una sociedad”.

“Francia, como líder mundial del turismo, es un ejemplo. Ese país no vive exclusivamente del turismo: tiene otros ingresos y otros sectores desarrollados. Ello hace que se transforme en una sociedad segura y estable, con indicadores sólidos y robustos y eso a nosotros nos hace falta. En Quintana Roo es importante seguir invirtiendo en turismo y seguirlo cuidando, pero al mismo tiempo es urgente diversificarse”.

Un crecimiento sin planeación conduce al caos. Nadie puede negar que los Planes de Desarrollo Urbano y los Planes de Ordenamiento Territorial sean fundamentales para ello. Pero da la impresión que esos instrumentos se ven rebasados o distorsionados por prácticas poco claras donde se deja la sospecha de la corrupción. ¿O qué se puede hacer ante decisiones de inversionistas que no solamente construyen el hotel, sino que son dueños de los litorales y de las líneas aéreas para llenar sus establecimientos? “Coincido con esa preocupación. Es parte de los modelos que se adoptan e impulsan”. Para contrarrestar esa tendencia, el diputado Villanueva sigue creyendo que “se deben impulsar proyectos turísticos de baja densidad, que no requieran gran inversión y que sean productos atractivos para ciertos mercados. Se debe tener como visión a largo plazo un turismo sustentable para evitar depender de esos grandes circuitos de control monopólico del turismo. Junto con eso, se debe impulsar una estrategia de tecnologías limpias y tener la firmeza de condicionar la inversión a un uso responsable de los recursos naturales de nuestras costas: no hacerlo será seguir pagando los costos de inundaciones y la pérdida de playas. Esta visión no la veo todavía en la planeación turística estatal”.

Para a quien en su momento le tocó diseñar la creación del Instituto Quintanarroense de la Cultura, la dinámica social del Estado es cambiante y acelerada. “El diseño de una política cultural debe considerar todos los componentes sociales”. Por ello –según el sociólogo-, “se debe trabajar en los barrios marginales, hacer cultura con la gente, como un mecanismo de contención de problemas sociales: la cultura debe salir de los espacios confinados como son los teatros o los museos y debe vincularse con los problemas reales de la gente. Al mismo tiempo se debe hacer un esfuerzo de modernización de estos espacios”.

En la cultura, son dos esfuerzos que deben hacerse: uno, poner en valor el potencial de nuestras zonas arqueológicas que representan nuestro patrimonio cultural tangible, vinculándolo al desarrollo de las comunidades periféricas, y dos, crear espacios que difundan expresiones culturales: un Museo Arqueológico en Chetumal sería un importante detonador cultural del Mundo Maya, producto turístico que prevé el desarrollo también de la cultura maya viva. Hay muchos pendientes que el sector cultural puede ofrecer a la población”.

La primera propuesta, la referida a las zonas arqueológicas, significaría una reforma al marco legal vigente. Para eso, el legislador asegura que “viene una reforma constitucional en términos de descentralizar el patrimonio cultural y que se asignen mayores responsabilidades a los Estados y Municipios en este rubro. Esto ha sido muy polémico para algunas personas vinculadas a la cultura, pero el INAH no se da a vasto para cumplir con sus responsabilidades. De no lograrse esta reforma en el contexto del federalismo, debe haber mayor disposición del INAH para que se permitan nuevos esquemas donde las comunidades se beneficien”. Es claro que el federalismo en el aspecto cultural “tendría que acompañarse de un ‘par’ institucional estatal fuerte que se armonice con mayor rendición de cuentas, de mayor transparencia y de fortalecimiento de políticas publicas estatales”.

Así, en ocasiones haciendo gala de conocer la dinámica social y alentando políticas que combatan el crecimiento desordenado en el Estado; de exigir mayor ética en el manejo de los recursos públicos; de apoyar una reforma electoral que a la larga homologará el reloj electoral estatal con el de la federación; de mostrar cierto conservadurismo ante las candidaturas ciudadanas; de coincidir con las nuevas condiciones democráticas en el caso de la redistritación; de alertar ante las prácticas monopólicas del turismo y de tener una postura respecto a la cultura y a la relación con la federación, Efraín Villanueva hizo un personal y amplio, pero aún insuficiente, balance de asuntos públicos en este Estado que recién cumple 33 años de edad; puso las cosas sobre la mesa.

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